martes, 15 de febrero de 2011

Mamá "Segundiza"

Hace pocos meses que he sido mamá por segunda vez.
A nuestro primera hija la disfrutamos tanto, tanto.... que al quedarme embarazada de la segunda mi marido y yo nos decíamos que ahora, por fin, descubriríamos si es verdad eso de que al segundo hijo se le quiere tanto como al primero. Lo veíamos tan difícil...
Creía acordarme de todo lo relacionado con un bebé, sobre todo recordaba haber sido inmensamente feliz...pero cuando nació ella... la emoción me pilló desprevenida. Volví a vivir con intensidad de primeriza todas las sensaciones que nos regala la maternidad.
Volví a sentir ese olor a vida que traen cuando vienen al mundo, a acariciar esa piel casi transparente,  a dejarme agarrar por esas manitas que se aferran a ti con una fuerza inusitada, a sentir sus besos en mi pecho mientras luchaba por sacar su comidita. Volví a quedarme embelesada viéndola dormir plácidamente en su cunita o a acoplar nuestras respiraciones mientras se quedaba quitecita en mi regazo. Otra vez sentí como se me llenaba el alma cuando nos regaló su primera sonrisa...y las que le siguieron, unas sonrisas que te cortan la respiración porque sonríe con la boca, con los ojos y con el corazón. 
Y las manitas.. capítulo aparte merecerían las manitas. Cuando se las descubren y empiezan a cogérselas, cuando empiezan torpemente a intentar dirigirlas hacia un lugar concreto, cuando lo consiguen... cuando te tocan la carita, ay! cuando te tocan la carita (es algo de lo que todavía no me he recuperado....), cuando empiezan a manipular como si fuera a cámara lenta los juguetitos que les dejas y quieren coger todo lo que entra en su ángulo de visión... Y los primeros balbuceos, y los primeros chilliditos, y ese olorcito a leche agria.... y los primeros besos o más bien mordiscos...Y así creo que podría seguir horas.
Y entonces empecé a pensar: con la primera tuve todas estas sensaciones? Y volví a leer el diario que le escribí desde el primer día de su nacimiento y me di cuenta de que si, de que son las mismas, con la misma intensidad, con la misma certeza de que estás viviendo algo único que irremediablemente se te escapa de las manos. Son unos sentimientos que creo que no importa cuantos hijos hayas tenido antes... en esos momentos vuelves a ser una mamá primeriza que lo vuelve a vivir todo por primera vez.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Aunque mi segunda maternidad fue muy diferente (porque Martín nació muy muy débil y malito) y no lo pude disfrutar mucho durante sus primeros días de vida. Ahora, cada día me roba más el corazón.

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