domingo, 26 de junio de 2011

Se acabó...

Hoy estoy un poquito triste. Llevo unos cuantos días malita, en cama, en cuarentena y sin poder acercarme a mis seres queridos.
De hecho prácticamente hasta hoy no he podido ni levantarme de la cama. Es increible cómo las enfermedades te devuelven luz sobre tu día a día y de repente valoras las cosas que muchas veces nos hacen protestar.
Cuando tienes hijos el malestar por no poder atenderlos, cuidarlos, mimarlos se multiplica hasta el infinito.
Y a lo tonto ha pasado ya el fin de semana, sin poder disfrutar de mis pequeñinas, de sus primeros baños y de sus primeras sensaciones de vacaciones estivales. Desde mi retiro las oía hablar, chillar, reirse, lloriquear, la perecita matutina en nuestra cama, jugar con su papá... y no podía pensar en otra cosa que en estar con ellas, bañarlas, vestirlas, cuidarlas, hacerles la cenita, darles la merienda, bañarme con ellas en la piscina, dormir a la una en mis bracitos o a la otra tendida junto a ella en la cama. Esto es una pesadilla. No poder acerarme a ellas, ni tocarlas, ni besarlas, ni achucharlas..

Y lo peor es que se va a comer mi última semana de estar en casa, porque el lunes que viene me incorporo de nuevo al mundo laboral después de un largo parón para cuidar a mis nenas. Es como muy bien ha definido Tita en su blog: "El fin del idilio".
http://amorycocinacotidiana.blogspot.com/2011/06/el-fin-del-idilio.html
Y yo, que hasta ahora he hablado de ello con una entereza que hasta a mi me asombraba, tan sólo recordar esa frase ha hecho que me derrumbe.
Porque eso es lo que ha sido, un idilio, unos meses en los que me he enamorado profundamente de mi bebé y mi bebé de mi, que me han regalado momentos inolvidables, de una intimidad infinita, que me han permitido ser testigo principal de todos sus nuevos descubrimientos, todo el día pegadita a ella. Y que también me han permitido cuidar mejor a la mayor, porque aunnque ya va al cole, he podido llevarla por la mañana y recogerla por la tarde, estar con ella cuando ha estado malita... en fin todo eso impensable para la mayoría de las madres trabajadoras.
Y yo pensaba tomarme esta última semana como unas vacaciones,juntas las tres todo el día, un desayunito veraniego en la terraza, un bañito en la piscina, comidita, una siesta... y esta estúpida enfermedad me va a impedir disfrutar de estos últimos días con ellas.

Esta mañana cuando la pequeña me ha visto aparecer me ha dedicado una sonrisa que me ha roto el corazón...y no he podido evitar pensar en que ya no volveré a estar con ella cuando se despierte, no me la podré comer a besos todo el día y a toda hora, buscándole la risa fácil para que me enseñe sus dentoletes, no le podré dar el desayuno, ni la comidita, no pasaré todo el día inundada por su ternura, oliendo su particular aroma... estará bien?, le darán bastante cariño?... ay mi chiquitina!! había olvidado de lo duro que resulta.
Y yo hace un mes diciendo que por una parte tenía ganas de volver a trabajar, que enseguida te acostumbras....y ahora se me hace un mundo cerrar esta etapa tan maravillosa que acabo de vivir.
Espero que dentro de un mes pueda decir que todo pasó...