miércoles, 9 de marzo de 2011

Al colegio...

Me encanta llevar a mi hija al colegio. Siempre me ha gustado. Desde sus primeros años de guardería cuando todavía hablaba con lengua de trapo y cantábamos a grito pelado en el coche canciones de películas de walt disney hasta el día de hoy en el que, un poquito más mayorcita, aprovechamos ese ratito para hablar.

Ella me cuenta sus cosas, lo que hace en el cole con sus amiguitos, a qué juegan, si fulanito lo  ha dicho esto o le ha hecho lo otro, lo que come en el comedor...También me pregunta cosas que le inquietan como quién está en el cielo, por dónde se sube o qué es una estrella fugaz. A veces me pide que le cuente historias de cuando yo era pequeña o de cosas que me han pasado y otras cantamos canciones o contamos algún cuento. Yo llevo el espejo bajado para poder verle la carita mientras habla y razona. La siento como un bebé pero es casi una niña. ¿Cómo ha podido pasar tan deprisa?

Ese ratito en el coche es nuestro. No hay nadie más, no está su hermanita reclamando atención, no estoy haciendo la cena, ni doblando ropa, sólo estoy con ella, hablando...escuchándola.

La recogida es diferente..pero también me gusta. Y ahora la valoro más que nunca porque tuve que reducir mi jornada para poder estar con ella. Sale con una gran sonrisa, me da un beso y me pregunta por la merienda. Sale cansadita y llena de tierra. En cuanto ve a su hermanita se va directa a darle un achuchón y a decirle "cosas bonitas". La cara de la pequeña es un poema. Nos subimos al coche. La conversación versa ahora exclusivamente sobre cosas del cole. Está muy cansadita...se duerme.

Ojalá pudiera guardar en su memoria todos estos momentos, yo ya los llevo conmigo...

3 comentarios:

  1. Si te sirve de consuelo, creo que sí lo guardan en su memoria, y su recuerdo volverá cuando lleven a sus hijas al cole...
    Haces muy bien disfrutar y valorar esos momentos, esa es la verdadera felicidad.

    Biquiños

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  2. ¡Me encanta como disfrutas de ella, eres todo ternura!

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  3. Así es, tal cual lo cuentas. Es lo mismo que hago yo con las mías, es un ratito en el que te enteras de muchas cosas. Ahora las mías piden turno para hablar, a veces me vuelven la cabeza loca pero es un bonito momento. Besos, Ana

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